Montar a caballo y Círculo Dorado en un día

¿Qué es visitar Islandia sin ver el Círculo Dorado? ¿Y estar en el país vikingo sin montar en caballo islandés? Para poder contestar a estas preguntas, decidí unirme al tour "Horse Riding and Golden Circle Tour". Como dicho tour dice, consiste en viajar a caballo y recorrer el Círculo de Oro de Islandia.

Los caballos islandeses son unas amables y preciosas criaturas, y son pequeños pero fuertes. Eso sí, no creáis que son perros, son un poco más grandes. Aunque no son de tamaño como los españoles, son grandes y muy mansos. Puedes encontrarlos por todos los campos islandeses y tocarlos si se arriman a las vayas que los protegen de las carreteras. Pero claro está, no es lo mismo tocarlo desde fuera, que acercarte e incluso montar a caballo. Este recorrido es por Laxness, lugar en el que creció el autor Nobel Halldor Laxness. 

Por tanto, mi tour empezó a las 8.45 de la mañana, cuando el minibus de la compañía "Gray Line" me recogió. Después de recoger a más gente que quiso hacer el tour y media hora de recorrido desde Reykjavík hasta Laxness, llegamos a esta famosa granja de caballos. Allí, nos daban unos trajes térmicos para protegernos del frío y un casco. Una vez vestidos así, nos asignaban un caballo dependiendo de si habías montado antes (un caballo más preparado) o si no habías montado. Yo era de estas últimas, nunca había montado a caballo y, ¿qué mejor que empezar con un caballo vikingo? Por este motivo, me asignaron un caballo, además de muy bonito, preparado y dócil, con el que disfrute de una bonita mañana de paseo. 

Después del paseo a caballo por campo, nieve y agua, tocaba volver al autobús el cual se dirigía al Círculo de Oro. La primera parada fue en el hermoso Parque Nacional Thingvellir, Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. Allí caminamos entre los continentes de Europa y América. Nosotros, al hacer el tour en Febrero, tuvimos la experiencia de contemplar todos los paisajes de este famoso tour nevados. Las vistas son alucinantes y la nieve hace un poco más mágico todo lo que se ve.

La segunda parada fue la zona geotérmica Geysir, con sus manantiales termales Geysir y Strokkur. Aquí se ven erupciones magníficas cada 4-8 minutos, las cuales llegan a alcanzar los 15-20 metros y en ocasiones incluso los 40 metros. A pesar de haber varios manantiales, el que más turistas rodean es Geysir, el más grande y alto de esta zona. Hace una especie de burbuja con agua hirviendo hasta que explota y el agua sube de manera que deja a todos desconcertados. Lo malo de esta gran atracción es que no se sabe exactamente en qué minuto va a explotar, con lo que todos los turistas mantienen cámaras en alto grabando cada segundo hasta tener el momento exacto de la erupción.

La última parada fue la majestuosa catarata de Gullfoss. Tiene una caída de 32 metros al cañón del río. Es la cascada más famosa de Islandia y una de las más bellas. Este lugar es el que más me impresionó con nieve. En mi opinión, la nieve hace que todo se vea igual, distintos campos y lugares se hacen casi iguales al ser todo blanco. Pero esta catarata me impresionó. Con nieve era una auténtica maravilla que no puede dejar de ser contemplada. 

Una vez vistas todas estas atracciones, era momento de volver al autobús dirección Reykjavík para volver a casa después de un largo día. Un largo y cansado día que no me defraudó, puesto que fue bastante completo. A pesar de que el viaje era enfocado al Círculo Dorado, acabé el tour con ganas de volver a montar en un caballo vikingo. Quedé alucinada con estas maravillosas criaturas que rodean todo el país y que son magníficas de contemplar, y más aún si puedes pasear con ellas.